Muchas veces pasa que vamos a algún pueblo/ciudad/barrio que
desconocemos por completo y ¡qué casualidad!, es la hora de comer o cenar y nos
toca picar algo por allí, no sabes dónde meterte sin arruinarte - sobretodo
que esté bueno-.
Pues esto mismo nos pasó el fin de semana pasado. Fuimos a la playa de Estepona, andábamos buscando un sitio donde poder comer una paellita o al menos un espetito sin dejar la cartera en números rojos cuando, ya cansados de andar y sin ningún resultado, encontramos un bar en el mismo paseo marítimo, junto a un pasaje. Este nos llamó la atención por las tapas que la gente allí sentada estaba tomando. Decidimos sentarnos y amablemente nos atendió la hija del dueño, él y su mujer estaban en la cocina y en la barra.
Pues esto mismo nos pasó el fin de semana pasado. Fuimos a la playa de Estepona, andábamos buscando un sitio donde poder comer una paellita o al menos un espetito sin dejar la cartera en números rojos cuando, ya cansados de andar y sin ningún resultado, encontramos un bar en el mismo paseo marítimo, junto a un pasaje. Este nos llamó la atención por las tapas que la gente allí sentada estaba tomando. Decidimos sentarnos y amablemente nos atendió la hija del dueño, él y su mujer estaban en la cocina y en la barra.
Pagamos 12 euros los dos por media ración de calamares fritos, 2 tapas de
ensaladilla rusa, 6 gambones a la plancha y una bebida cada uno. A lo cual,
medias raciones a 4 euros, tapas y bebidas a 1 euros. Y bien, pensaréis que es algo
normal pero el caso es que la media ración parecía una entera, los gambones
eran enormes y estaban frescos, y las tapas también tenían lo suyo…
Las fotos de este sitio son escasas y no muy buenas porque no tenían este fin, pero
os podéis hacer una idea.
El sitio es “El Pasaje de Paco”.
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